En tiempos de pandemia muchos conceptos científicos se están popularizando, sin embargo no siempre se entienden en profundidad. Algunas voces han querido comparar al SARS-CoV-2 con otros virus en cuanto a prevalencia y el ritmo al que se reproduce, pero no se pueden comparar.
Para comparar algunos virus conocidos podríamos recurrir al valor R0 (Número básico de reproducción, ritmo básico de reproducción o ratio de reproducción básica). Es una estimación del número promedio de casos nuevos que genera un caso dado a lo largo de un periodo infeccioso.
Existen varios modelos más o menos complejos con los que calcularlo pero en esencia si R0<1 - la infección tienen a mitigarse tran sun periodo. Si R0>1 la infección puede propagarse. Si R0 es mucho mayor que 1 tenemos un problema.
Comparando algunos R0 de enfermedades conocidas podemos entender algunas cosas:
- Sarampión - transmisión aérea - R0 = 12-18
- SARS - transmisión por gotículas respiratorias - R0 = 2-5
- Ébola - transmisión por contacto con fluidos corporales - R0 = 1,5-2,5
- Rabia - transmisión por contacto directo por heridas o mucosas - R0 = 1,2-2
Los mayores R0 se suelen dar en transmisiones aéreas, seguidas de gotículas y contacto.
¿Dónde se encuentra SARS-CoV-2? pues como los modelos de momento siguen en estudio se están estimando R0 = 1,4-5,7 (según diferentes fuentes y modelos). Estaría por tanto entre la influenza de 1918 (Gotículas respiratorias R0 = 1,4-2,8) y la Tos ferina (Gotículas respiratorias R0 = 5,5).
Una de las cosas que influyen en el R0 es el periodo de incubación, un periodo en el que tenemos la enfermedad, en muchos casos somos portadores que la pueden transmitir, pero no tenemos síntomas, lo cual dificulta hacer un buen control de la misma. En el Sarampión este periodo es de 4-12 días (y las personas siguen siendo contagiosas hasta 3-5 días después de aparecer los sarpullidos). En el caso del SARS el periodo de incubación es de 2-7 días aunque se han descrito casos de 10 días (y en una pequeña proporción, de hasta 14). El Ébola es mucho más variable con periodos de incubación de entre 2 y 21 días. Las personas no son contagiosas hasta que no aparecen los síntomas. Pero la reina de la variabilidad es sin duda la Rabia que oscila entre sólo 5 días y 1 año (con un promedio de 20 días).
En el caso del actual SARS-CoV-2 se estima que este periodo es de 14 días, de ahí que sea el periodo de aislamiento recomendado, de duración de las fases, y de seguimiento.
Si el periodo de incubación es variable, es muy posible que tenga que ver con la DIM (Dosis Infectiva Mínima). Si esta DIM es muy baja, prácticamente cualquier exposición hará que nos infectemos mientras que una DIM alta hace que esta probabilidad baje e incluso que podamos pasar la enfermedad de forma asintomática o leve en algunos casos. El problema es que en la mayoría de virus se desconoce este dato o hay deficiencia de evidencia para poder estimarlo.
En el Sarampión la DIM es tan baja como 0,2 unidades por aerosolización nasal.
En el caso del SARS-CoV-2 no se conoce aún esta DIM pero se estima en unas 100 partículas líricas que llegan a infectar 1-2 células del pulmón.
¿Dónde se encuentra SARS-CoV-2? pues como los modelos de momento siguen en estudio se están estimando R0 = 1,4-5,7 (según diferentes fuentes y modelos). Estaría por tanto entre la influenza de 1918 (Gotículas respiratorias R0 = 1,4-2,8) y la Tos ferina (Gotículas respiratorias R0 = 5,5).
Una de las cosas que influyen en el R0 es el periodo de incubación, un periodo en el que tenemos la enfermedad, en muchos casos somos portadores que la pueden transmitir, pero no tenemos síntomas, lo cual dificulta hacer un buen control de la misma. En el Sarampión este periodo es de 4-12 días (y las personas siguen siendo contagiosas hasta 3-5 días después de aparecer los sarpullidos). En el caso del SARS el periodo de incubación es de 2-7 días aunque se han descrito casos de 10 días (y en una pequeña proporción, de hasta 14). El Ébola es mucho más variable con periodos de incubación de entre 2 y 21 días. Las personas no son contagiosas hasta que no aparecen los síntomas. Pero la reina de la variabilidad es sin duda la Rabia que oscila entre sólo 5 días y 1 año (con un promedio de 20 días).
En el caso del actual SARS-CoV-2 se estima que este periodo es de 14 días, de ahí que sea el periodo de aislamiento recomendado, de duración de las fases, y de seguimiento.
Si el periodo de incubación es variable, es muy posible que tenga que ver con la DIM (Dosis Infectiva Mínima). Si esta DIM es muy baja, prácticamente cualquier exposición hará que nos infectemos mientras que una DIM alta hace que esta probabilidad baje e incluso que podamos pasar la enfermedad de forma asintomática o leve en algunos casos. El problema es que en la mayoría de virus se desconoce este dato o hay deficiencia de evidencia para poder estimarlo.
En el Sarampión la DIM es tan baja como 0,2 unidades por aerosolización nasal.
En el caso del SARS-CoV-2 no se conoce aún esta DIM pero se estima en unas 100 partículas líricas que llegan a infectar 1-2 células del pulmón.
Pero, ¿Es el R0 el único determinante? Varios artículos han revisado los modelos y diferentes escenarios y consideran que la aplicación en salud pública de este tipo de cálculos debe considerar otros factores. En primer lugar realizar cálculos de los modelos para diferentes zonas, posiblemente actualizar semanalmente los modelos con los datos reales en cada zona y sobretodo tener en cuenta otros factores. Recalcular los valores justo después de tomar una medida daría un valor enorme a si esa medida es útil o no para evitar cerrar todo con un criterio mucho más conservador.
Otros parámetros de la dinámica de la enfermedad se estiman con menor frecuencia, pero podrían ser de interés en ciertos casos (como ejemplos la Tasa de Transmisión, Tasa de recuperación, Periodo latente (tannnn importante con COVID-19), Periodo de incubación, Tasa de contacto, Riesgo de infección y Virulencia entre otros).
Todas estas estimaciones pueden explicar que SARS-CoV-2 se haya convertido en pandemia mundial mientras que la Tos Ferina solo tenga brotes que se han podido controlar con unos pocos miles de casos.
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