El test o prueba de Turing es una prueba en la que un humano interroga a un interlocutor sin saber si este es otro humano o una máquina. Para que una máquina se considere inteligente deber superar esta prueba y engañar al humano exhibiendo destrezas inteligentes parecidas a las de un humano. En origen esta prueba debía realizarse sólo de forma textual a través de un teclado y un monitor de ordenador y debía convencer al examinador el 70% del tiempo en una conversación de 5 minutos.
Existen en inicio varias versiones de esta prueba de Turing.
El juego de imitación es uno de ellos. Existen 3 jugadores. el jugador A y B están en un lado de la pared y el C en el otro sin poder verlos. El jugador A es un hombre e intenta engañar al jugador C. El jugador B es una mujer e intenta ayudar al jugador C. El jugador C puede ser indistintamente hombre o mujer. Se proponía que el jugador A fuese la computadora y su éxito sería determinado al comparar el resultado del juego cuando el jugador A es un hombre de verdad o una computadora.
En la interpretación estándar dice que no se trataría de que la computadora engañe al humano en hacerse pasar por hombre sino en que su capacidad de imitar al humano sea muy alta. En este caso el interrogador tiene que determinar cuál de los dos, A o B son el humano o el ordenador.
En cualquier caso y para pasar la prueba, el interrogador debería ser doble ciego y no saber si hay una máquina o una persona en ningún momento.
Sin embargo el valor de esta prueba se ha puesto en entredicho ya que por un lado, el interrogador podría no ser un juicio suficiente, la comparación con un humano puede no ser la mejor comparación además de el valor de comprobar solamente un comportamiento, parecerse a los humanos.
Hoy en día existen varias versiones de la prueba.
La prueba de Turing experta en la materia describe que no se pueda distinguir la respuesta de una máquina de la de un verdadero experto en la materia. Se la conoce también como prueba de Feigenbaum.
La prueba de Turing total añade requerimientos a la tradicional de forma que también evalúa la percepción del sujeto y su habilidad de manipulación de objetos.
Una alternativa más sencilla y que eliminaría los problemas de la conversación sería realizar la prueba de señal de inteligencia mínima en la que las entradas y salidas son en binario. No requiere crear comportamientos humanos.
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