- Cariño, no me emborraché tanto, verás, es curioso, tengo una intoxicación de Quinina. - ¡No me cuentes estupideces!, ¡Pillaste una moña como una catedral y tienes resaca! - Que no de verdad, que no es eso. Verás, resulta que me tomé 5 Gin tonics y claro, la cantid ad de Quinina… - ¡Vete a la mierda! (Cualquier parecido del escrito con la realidad se debe al azar, pero este post podría librarte de una buena bronca) Pues si señores, resulta que los bioquímicos cada vez tenemos excusas más inverosímiles para las cuestiones más normales. El pasado sábado asistí a una fiesta que daba un amigo en su casa en la Villa de Madrid (Madrid en los mapas, la “capi” para los amigos). El plan era de lo más...