Lo que realmente nos gusta de las drogas es lo mismo que nos gusta del agua fresca, las duchas calientes, el buen jamón y unos pechos turgentes… Nos recompensa. Los mecanismos psicológicos y de conducta ligados a la recompensa son claves para nuestra supervivencia. Desempeñan algunos de los papeles más importantes en los estímulos para la alimentación, la reproducción y al aprendizaje. Es tan importante este mecanismo de recompensa que cuenta con un circuito propio neuronal y por cierto, uno de los más antiguos y conservados filogenéticamente. Las drogas de abuso se caracterizan por activar este circuito de una forma brutal, induciendo el aprendizaje de conductas de consumo de drogas y reforzando los estímulos que llevan a dicho consumo. La base física de la mayor parte de este circuito son una serie de neuronas especialmente sensibles a la dopamina (neuronas dopaminérgicas). Estas neuronas se encuentran en la parte más profunda del cerebro, en la denominada Are...