La evolución biológica está marcada por la variabilidad genética y la selección natural. Influyen factores como la deriva genética, la selección sexual y otros factores como el aislamiento, etc. Pero en esencia esto es lo que guía la evolución de todas las especies de seres vivos del planeta (y muy posiblemente la de los seres vivos de otros planetas que pudieran existir). Sin embargo, nuestra acción sobre el medio ambiente puede hacer que la evolución cambie e influir en el resultado final. Uno de los ejemplos más clásicos es el de las polillas moteadas . Tras la revolución industrial, el número de polillas moteadas de forma clara decreció en favor de las polillas moteadas de forma oscura debido a la contaminación en contraste con lo que ocurría en zonas de ambiente limpio, donde el número de las poblaciones se invertía. Es lo que se ha venido en denominar melanismo industrial. Es el primer caso registrado y experimentado de selección natural en acción que llevó a cabo Dar