Cuando uno trabaja en comunicación científica suele andar a la zaga del mejor artículo, de la historia que hará que te conozcan, de esa entrevista o descubrimiento escondido que te servirá para escribir un libro, dar una misma charla 50 veces y que te inviten de todas las televisiones y radios para hacerte una entrevista. Pero esta oportunidad me ha superado por completo.
Hoy les traigo una de las entrevistas que más me ha gustado hacer y que menos me esperaba. Entrevistamos a una de las primeras alquimistas de la historia. María.
O - Hola buenas tardes María. Lo primero agradecerle que se haya tomado un tiempo para atenderme. Es un verdadero placer tener la oportunidad de entrevistar a una de las personalidades más influyentes de la historia y sin duda una de las…
M - ¡Yaaaa que si, no me seas zalamero anda! Si esto lo estás escribiendo tú solo un sábado por la noche sentado frente a tu ordenador a las 2 de la madrugada. No ves que yo no… ¡vamos, que no estoy aquí!
O - Cierto (me aclaro la garganta aunque esto es otra licencia escrita porque no estoy hablando sino pensando). María, de usted se ha dicho que era la maestra de Demócrito, la hermana de Moisés, María Magdalena, la hija de Platón… ¿Qué hay de cierto en estas afirmaciones?
M - Huy, lo de María Magdalena no me lo habían dicho, que gracioso. Pues posiblemente todo y nada. Hombre, que había mujeres alquimistas es evidente. Las mujeres hemos formado parte de la historia y hemos llevado a cabo tareas intelectuales. Hemos mandado, guerreado y luchado tanto o más que los hombres. Otra cosa es que se nos haya borrado de los libros o nuestros méritos se hayan atribuídos a otros. Pero que estar, estábamos.
O - Qué hay de cierto en que usted es la inventora del famoso baño María que mantiene la temperatura homogénea de una mezcla.
M - Mira mozo, la gente le da a veces relevancia a cosas que no la tienen. Resulta que estaba yo haciendo flan de huevo para mi prima la Encarnita, que le gusta mucho, y claro, como lo hacíamos en horno de leña y no se calienta todo por igual, pues hice lo que habíamos hecho siempre en mi casa, meter el cuenco del flan dentro de otro cuenco con agua. Así se caliente todo por igual y no se quema por un lado y se queda crudo por otro (que a la Encarnita le da mucho asco que no se cuaje el flan). Pero que esto ya lo hacía mi madre y su madre antes que ella. En estas que pasa Pericles por la puerta y me dice a voces - ¡Qué haces María, que huele tan bien!. -y le digo - pues ya ves Pericles, flan de huevos, ¿Te esperas y te doy una tarterilla o llevas prisa que vas para el dicasterio? -y me dice -¡Qué va, si me voy a la guerra del peloponeso!, pero, ¿Qué haces metiendo el cuenco en el agua? -Total, que se quedó con la idea y de ahí se lo “cascó” a media Grecia. Nahhhh, las cosas que pasan.
La gente se queda con las chorraícas y no hablan de cosas importantes, como que inventé el Tribikos y el Kerotakis
O - Perdone María, ¿qué son el Tribikos y el Kerotakis?
M - ¡No ves lo que te digo! Mira mocico, el Tribikos es una alambique de tres brazos que se usa para purificar sustancias por destilación. En una vasija de barro se pone la mezcla que quieras calentar, le pones una manteras para condensar el vapor y de ahí salen tres espitas de cobre que llevan el destilado a frascos de vidrio. Al principio con eso no hacíamos el chinchón pero ya luego se usaba para purificar cosas.
O - ¿Qué cosas María?
M - Cosas Alquímicas.
O - Ahmmm, ¿y el Kerotakis?
M - Pues eso es un aparato de reflujo que se usa para calentar sustancias y recoger sus vapores
O - ¿Qué sustancias María?
M - Sustancias Alquímicas. Bueno, el caso es que es un recipiente hermético con una lámina de cobre suspendida en su parte superior. Para que funcione bien, todas las uniones tienen que estar ajustadas al vacío. Esto lo usaba yo para hacer vapores de arsénico, mercurio y azufre y ablandar los metales o ponerlos de colores. Pero vamos, que también me servía para hacerme ambientadores de esencia de rosas.
O - ¿Ambientadores?
M - Si, claro. Muy bien que huelen.
O - María, ¿En qué año nació usted en realidad? porque los textos que hablan de usted lo mismo la ponen 3 siglos antes de cristo que 2 después del mismo
M - Pues mira, posiblemente todos tengan razón. Yo soy la Shakespeare de mi tiempo. Es posible que mi obra se la de muchas mujeres alquimistas que hicieron pequeñas contribuciones a la historia. Como las manos desconocidas que adornan las pinturas rupestres, como las manos que hicieron miles de herramientas en todas las épocas o las que construyeron la sociedad, como los cuerpos de tantas mal llamadas venus. Lo importante posiblemente no sea mi nombre ni mi existencia sino la consideración de que la mujer ha hecho grande contribuciones al conocimiento en todas las época, se nos reconozca o no.
O - Una última pregunta, he leído por ahí algo del Negro de María...
M - ¡Esa es una pregunta personal que no pienso responder, eres un insolente!
O - Ehmmmm, me refiero al pigmento de pintura
M - Aaaaahhhhh, vale, leñe que me habías asustado. Pues si, es un pigmento que es en realidad un sulfuro de plomo y cobre que hacía yo con mi Keroakis. Y la verdad que se ha usado mucho. No es oro, pero mira, ahí está.
¡Muy divertida! Gracias
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