
Como muchos de vosotros sabréis, el año pasado colaboré como redactor en la revista KEaL Magazine en la sección titulada "Con moléculas y a lo loco". Hace unos meses que dejé mi actividad en esa revista por motivos personales y profesionales. Y ahora hace poco por desgracia su directora ha anunciado el cierre de la revista (situación que lamento profundamente porque realmente creo que el proyecto merecía seguir vigente).
El caso es que durante unos meses publiqué unos cuantos artículos que, si bien no son una maravilla, si que es cierto que mi amigo Jose Gómez les dio un aire profesional. Ahora quiero compartirlos con ustedes poco a poco y hoy comenzamos con aquel que salió en el primer número de Keal.
Las bolsas degradables ¿Qué tienen de Bio?
Como todo el mundo bien sabe, los recursos
combustibles fósiles como el petróleo y el carbón son recursos limitados (porque
tardan millones de años en formarse) y un bien escaso por la sobreexplotación
que de ellos se ha hecho. La escasez de este tipo de recursos ha hecho que su
precio suba cada día y la dependencia de ellos provoca que los mercados bailen
al son del precio del petróleo.
Aunque desde tiempos remotos se han venido
utilizando polímeros de origen natural (caucho, lino, cáñamo, algodón, lana y
seda principalmente), no fue hasta principios del siglo XX cuando se produjeron
los primeros polímeros semisintéticos por modificación química de la celulosa.
Posteriormente el desarrollo de los plásticos sintéticos tuvo su impulso e
implantación desde el comienzo de la II Guerra Mundial (1939-1945), con el
descubrimiento del nylon, un material totalmente sintético.
Una de las cosas que más utilizamos y que suelen
estar fabricadas en base a termoplásticos procedentes del craqueo del petróleo
son las bolsas de plástico. De media cada español utiliza unas 300 bolsas por
persona y año y casi el 20% se utilizan en estas fechas que acaban de terminar.
Las navidades y las rebajas posteriores son la época de mayor consumo y eso
conlleva mayor consumo también de bolsas.
Los termoplásticos son 100% reciclables de una
forma además relativamente económica debido a que tienen una baja temperatura
de fusión. Sin embargo solo se viene reciclando el 30% de la producción total:
Se necesita limpiar el plástico de los restos de alimentos y tintas y
clasificarlos en los 7 principales tipos de termoplásticos (PET, PEAD, PVC,
PEBD, PP, PS y otros). Sería absolutamente ideal no tener que reciclarlos sino
que fuesen biodegradables 100% por los costes que supone el reciclado, y eso es
lo que se busca con los plásticos biodegradables de origen vegetal.
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Consumo mundial de Plásticos |
En los últimos años, la investigación sobre
polímeros biodegradables termoplásticos de origen vegetal ha sido un campo muy
activo. Como resultado de estos estudios han surgido multitud de variantes y
alternativas que intentan respetar el medio ambiente y que pueden constituir
una vía factible para reemplazar a los plásticos de uso habitual. Uno de los ejemplos
que mejor se conoce es el almidón de origen vegetal (sobre todo procedente de
patata, yuca y otros tubérculos). Conseguir termoplásticos a partir de estos
materiales disminuiría el problema de la acumulación de desechos plásticos y la
dependencia de recursos como el petróleo.
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Amilosa |
El almidón es un polisacárido de reserva de origen
vegetal constituido por amilosa y amilopectina (Carbohidratos). La amilopectina
se diferencia de la amilosa en que contiene ramificaciones que le dan forma de
árbol. La amilopectina representa alrededor del 75% en los almidones comunes. Sin
embargo la parte interesante del almidón es la amilosa (30%), ya que se trata
de un polisacárido que no presenta entrecruzamientos y por tanto es más fácil
de procesar obteniéndose características físicoquímicas que pueden asemejarse a
un plástico común.
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Amilopectina |
De una patata entera, el 75% es agua y tan
solo el 20% es almidón (el restante porcentaje es de grasas, proteínas, minerales
y otros azúcares). De estos porcentajes se extrae que tan solo se aprovecha el
6% de una patata al completo para la fabricación de bolsas. A ese problema de
rendimiento debemos añadir el hecho de que un plástico a base de almidón
presenta características físicas y químicas poco deseables (es muy
higroscópico, es decir, absorbe agua y presenta poca resistencia en presencia
de humedad, tiene elevada viscosidad y el procesado se hace costoso además de
un ser material esencialmente frágil)
Para paliar estos problemas este material es
tratado de forma biológica, química y físicamente con diversos métodos:
Fermentación y posterior polimerización para transformarlo en ácido poliláctico
(PLA); esterificación de los grupos hidroxilo para protegerlo del agua; eliminación
de los entrecruzamientos de la amilopectina residual (responsable de la
semicristalinidad y por tanto de su fragilidad) por medio de gelatinización,
retrodegradación o desestructuración; y adición de plastificantes (reactivos
que hacen que el almidón pueda moldearse sin quebrar). Estos plastificantes son
de origen animal o vegetal y se extraen de la transesterificación de los
lípidos para seguir con la línea de un producto biodegradable y ecológico.
Pensaréis que todo este proceso es costoso y de
hecho lo es. El coste de producción de una bolsa de fécula de patata (también
llamada bioplástico) es diez veces superior al de una bolsa de plástico común
como el polietileno. Pero no debemos escatimar en gasto si de lo que se trata
es de salvar el planeta y ser más ecológicos. Pero… ¿Son más ecológicas estas
bolsas?


Sin duda necesitamos alternativas a los plásticos
procedentes de recursos fósiles. Pero parece que de momento la mejor
alternativa no son las bolsas de amilosa. Lo mejor sería la combinación de
reciclado eficiente de las bolsas ya existentes mientras se mejora la
producción de termoplásticos de origen vegetal y se abaratan los costes. Yo de
momento sigo con mi carrito de la compra de tela… dura muchos años y me parece
la forma más ecológica de hacer la compra por ahora.
Referencias:
- W. Michaeli, P. H. Greif, H. Kaufmann y
F.J. Vossebürger. Introducción a la tecnología de los plásticos. Hanser
Editorial. 2000.
- G. Ruiz Avilés. Obtención y
caracterización de un polímero biodegradable a partir del almidón de yuca.
Ingeniería y Ciencia, ISSN 1794-9165. Vol. 2, no. 4, pag. 5-28, 2006.
- O. I.
Peñaranda Contraras, J. E. Perilla Perilla y N. A. Algecira Enciso.
Revisión de la modificación química del almidón con ácidos orgánicos.
Revista ingeniería einvestigación. Vol. 28, no 3, 2008.
- http://www.textoscientificos.com/polimeros/almidon
- http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0960982210003659#
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